A simple vista puede parecer que todas las bisagras son iguales o que no hace falta prestar mucha atención a su escogencia, pues al fin y al cabo todas cumplen la misma función. Sin embargo este es un error que debemos evitar, pues en realidad la correcta selección de la bisagra adecuada para cada tipo de puerta tiene mucha influencia en la seguridad de todo el sistema.
Está claro que muchos otros factores entran en juego, pero es importante conocer los diferentes tipos de bisagras que podemos encontrar en el mercado y optar por aquella que mejor se adapte al mecanismo. Aquí cabe citar el viejo adagio que reza que una cadena es tan fuerte como el más débil de sus eslabones. Pues bien, cualquier sistema de seguridad será tan robusto como vulnerable sea el más endeble de sus componentes.
¿Qué es una bisagra?
Antes de avanzar con las explicaciones acerca de los diferentes tipos de bisagras conviene comenzar por aclarar de qué estamos hablando. En términos generales, una bisagra es un herraje conformado por dos piezas. Estas se encuentra unidas entre sí por un eje. Este permite que las piezas puedan girar, sin soltarse.
El mecanismo de las bisagras tiene muchos usos, pero el primero que todos recordamos es el de servir de junta entre una puerta y un marco o pared, ya sea de un mueble o del acceso a una estancia. El objetivo es permitir que una de las partes del conjunto pueda moverse (la puerta), para permitir la apertura y cierre de la estructura.
Bisagras de libro
Puestos ya a describir los diferentes tipos de bisagras, comenzaremos por las llamadas bisagras de libro. Estas son, probablemente, las más comunes.
Son muy utilizadas, no solo en puertas y muebles sino también en labores de bricolaje. Existen muchos tipos de bisagras de libro, en función de sus materiales o formas. Así, podemos encontrar bisagras de libro rústicas, de latón, de acero inoxidable, de acero zincado e, incluso de PVC, entre otras. Todas ellas están disponibles en una amplia variedad de tamaños. Permiten una apertura de 180 grados, igual a la de un libro, y pueden atornillarse fácilmente en los cantos de piezas de madera, metal, concreto, o cualquier otro material.
Bisagras desmontables
Estas bisagras son ideales cuando necesitamos colocar un mecanismo de engranaje que pueda ser desmontado con facilidad, sin necesidad de quitar los tornillos. Esto es posible gracias al pasador con que cuentan las bisagras desmontables, el cual puede retirarse sin tener que desatornillar la bisagra del soporte. De esta manera pueden armarse y desarmarse las bisagras tantas veces como queramos.
Son ideales para instalaciones donde haya poco espacio para fijar las bisagras, pues su base suele ser muy estrecha.
Bisagras de piano
Las bisagras de piano son muy similares a las bisagras de libro, pero su tamaño es sensiblemente mayor. Generalmente son piezas alargadas, unidas con muchos tornillos.
Gracias a esta característica son más fuertes, por lo que pueden soportar pesos mucho mayores que las de libro. Por eso se utilizan en estructuras robustas, como puertas de seguridad o portones que necesitan un engranaje firme y capaz de permitir la apertura y cierre de piezas más voluminosas.
Las bisagras de piano pueden adaptarse a las dimensiones de los elementos a unir, pues dado que cuentan con múltiples agujeros para colocar los tornillos, pueden garantizar su correcta fijación aun cuando se seccione la pieza. Para recortarlas puede utilizarse una tijera de chapa, pero si se trata de una bisagra de piano más grande y resistente, será necesario utilizar una sierra de metal.
Bisagras de pernio
Las bisagras de pernio son particularmente apropiadas para las ventanas. Esto no quiere decir que no puedan instalarse para unir puertas y marcos, pero su forma y resistencia las convierten en la alternativa más utilizada para los sistemas de apertura y cierre de ventanas.
Sin embargo, también puedes conseguir bisagras de pernio adecuadas para su uso en puertas pequeñas, como los muebles de la cocina o baños, por ejemplo. El mecanismo de estas es ligeramente diferente, pues poseen un par de tornillos de rosca madera o rosca métrica. En este último caso será necesario colocar primero una tuerca de empotrar, antes de colocar la bisagra en el canto.
Sea cual sea el caso, vale acotar que las bisagras de pernio no son fáciles de instalar. Requieren un cajeado previo, es decir, un proceso en el que se encastrarn las pletinas tanto en el marco como en la puerta, antes de colocar la bisagra. Además de la precisión necesaria para lograr un buen resultado, en ocasiones es indispensable utilizar equipos y herramientas especializadas, como el formón o la fresadora para pernios.
Por ello, si deseas colocar una bisagra de pernio lo más recomendable es que dejes la tarea en manos de un profesional, que pueda garantizar una correcta instalación y óptimo funcionamiento.
Bisagras invisibles
Tal como su nombre lo indica, las bisagras invisibles quedan escondidas y apenas pueden verse desde el exterior. Es por ello que también se les conoce como bisagras ocultas.
Son bisagras empotrables, con un funcionamiento muy similar al de las bisagras de libro o las bisagras de piano. Poseen dos cilindros estriados que se embuten en los cantos y quedan ocultos.
Se utilizan mucho en mesas extensibles así como también en ambientes minimalistas, donde se busca la limpieza visual.
Bisagras de doble acción
Las bisagras de doble acción, también llamadas bisagras de vaivén, son las que se utilizan para las puertas batientes. Esto quiere decir que permiten la apertura de las puertas hacia adentro o hacia fuera y requieren de muy poca fuerza o impulso. Si te cuesta visualizar de qué estamos hablando, no tienes más que recordar las puertas de las cantinas en las viejas películas del oeste, o las que generalmente se utilizan en los restaurantes para dar paso a la cocina.
Se usan sobre todo en espacios de alto tránsito, para facilitar la continua apertura y cierre de puertas, pues por inercia las bisagras permiten que la parte móvil del mecanismo regrese a su posición original. Existen modelos con y sin muelles, que aligeran y suavizan el movimiento de las puertas.
Su instalación es muy sencilla, pues solo será necesario atornillarlas al canto de la puerta y el marco. La única previsión que debes tener es que no existan elementos estructurales que impidan la apertura de la puerta en ambas direcciones.
Bisagras de cazoleta
Las bisagras de cazoleta son invisibles desde el exterior y se cierran automáticamente, sin necesidad de ejercer fuerza sobre la puerta. Estas características las convierten en el tipo de bisagra ideal para los muebles, particularmente los del baño y la cocina, pues al quedar ocultas no afectan el aspecto externo de los muebles.
Otra característica que merece la pena destacar es que se trata de bisagras desmontables, que generalmente pueden regularse.
Debido a su sofisticación, el montaje de estas bisagras es relativamente complejo, por lo que lo más recomendable es dejar este trabajo en manos de un profesional. No solo se trata de la dificultad de instalación, sino también de la necesidad de utilizar herramientas profesionales, como el taladro con una fresa especial para bisagras, además de un soporte vertical.
El mecanismo cuenta con una cazoleta en la bisagra y un soporte para la estructura del mueble. Cuando la puerta está cerrada, el resorte se acopla a la cazoleta.
En el mercado podrás encontrar bisagras de cazoleta rectas, acodadas y súper acodadas. Las primeras se utilizan en puertas que al colocarse queden por la cara exterior al lateral del mueble. Las acodadas, cuando la puerta esté en una posición intermedia, y las súper acodadas cuando la instalación de la puerta calce en el interior del mueble.
Las bisagras de cazoleta tienen diferentes grados de apertura y cazoletas de distintos tamaños. Las dimensiones más comunes son 26, 30 y 35 mm.
Bisagras de superficie
Las bisagras de superficie son una buena alternativa a las bisagras de cazoleta, pues su mecanismo es similar, pero la instalación es mucho más sencilla. Dado que carecen de cazoleta, no es necesario hacer el fresado de la misma. Solo tendrás que atornillarla, como cualquier otra bisagra tradicional.
Cuentan con un amortiguador que cumple la función de la cazoleta, permitiendo regular el movimiento y el cierre automático. Igualmente son bisagras que quedan ocultas.
Bisagras para vidrio
Debido a la fragilidad de este material, es necesario utilizar unas bisagras especiales para puertas de vidrio. Estás poseen una pieza de metal en forma de U, que rodea o abraza la puerta de vidrio, y están unidas a un pivote que gira. El vidrio queda unido a la U gracias a unos tornillos de punta plástica que lo mantienen sujeto a presión.
El conjunto incluye un casquillo que se encaja, también a presión, en el cual se coloca el pivote de la bisagra.
Otras bisagras
Estas son las bisagras más comunes, que se utilizan con mayor frecuencia para la instalación de puertas y ventanas y en labores de bricolaje. No obstante, existen otros modelos, con usos muy específicos, utilizadas para muebles de estilo o instalaciones con características especiales. En estos casos deberás acudir a tiendas especializadas en herrajes o consultar con un profesional del sector, pues se trata de dispositivos muy difíciles de encontrar, que en ocasiones incluso se producen bajo demanda, con base en diseños propios de los fabricantes de muebles.